Tener una boca sana no solo nos permite masticar, hablar y sonreír correctamente, sino que es fundamental para nuestro bienestar general.
Cuando hay problemas con nuestros dientes o encías, no solo puede afectar nuestra autoestima o provocar dolor, sino que se asocia a enfermedades más graves como las cardiopatías o la diabetes.
Lamentablemente, muchas personas descuidan su higiene bucal o no acuden regularmente al dentista, lo que termina pasando factura con el tiempo. Po ello, es importante retomar buenos hábitos y rutinas diarias que nos ayuden a recuperar y a mantener una excelente salud dental.
Te contamos todo lo que necesitas saber para mantener una buena salud dental
Descubrirás cómo una buena higiene bucal no requiere tanto tiempo ni esfuerzo, solo constancia. ¡Menos dolores y más sonrisas!
Hacerte una limpieza dental
Una de las claves fundamentales para el cuidado bucal es realizarse limpiezas dentales profesionales de forma periódica.
Durante la limpieza, el dentista o higienista dental utiliza instrumentos especiales como el raspador y el pulidor ultrasónico para eliminar placa bacteriana, sarro y manchas que no es posible quitar con el cepillado habitual.
Este procedimiento permite limpiar a fondo zonas de difícil acceso como los espacios interdentales, debajo de las encías y alrededor de implantes, brackets u otras restauraciones.
Además, incluye un detartraje supragingival y subgingival que remueve los depósitos acumulados tanto sobre como debajo de la línea de las encías.
Las limpiezas dentales deben realizarse cada 6 o 12 meses, dependiendo de las necesidades individuales. Son imprescindibles para prevenir enfermedades periodontales como la gingivitis o periodontitis.
Durante la limpieza también se puede aplicar fluoruro para fortalecer el esmalte dental y prevenir caries. Y lo más importante, permite que el dentista revise el estado de salud bucal general y que detecte a tiempo cualquier problema que requiera tratamiento.
La higiene dental diaria
Realizar una correcta higiene dental diaria es la clave para prevenir la mayoría de problemas bucales. Se recomienda cepillarse los dientes después de cada comida, o al menos dos veces al día, durante dos o tres minutos.
Hay que asegurarse de llegar a todas las superficies dentales con movimientos circulares suaves. También es esencial complementar el cepillado con el uso de hilo dental al menos una vez al día, para eliminar la placa de los espacios interdentales.
Visitas periódicas al dentista
Además del cuidado diario en casa, hay que acudir al dentista regularmente para realizarse revisiones. Lo ideal es ir al dentista cada 6 meses o 1 año, para detectar y tratar a tiempo cualquier problema incipiente.
En cada visita a tu dentista de confianza, el profesional podrá detectar si te aparecieron caries, algún problema que requiera atención, o solo hacerte una limpieza dental para que tus dientes se mantengan sanos.
Alimentación saludable
Llevar una alimentación equilibrada y con los nutrientes adecuados es esencial para la salud de nuestros dientes y encías. Debemos minimizar el consumo de alimentos cariogénicos, es decir, que producen caries dental.
En su lugar, se recomienda aumentar el consumo de frutas, verduras y hortalizas, que ayudan a limpiar los dientes de forma natural.
Los productos lácteos bajos en grasa, el pescado, la carne magra y los frutos secos aportan calcio y otros nutrientes que favorecen la remineralización. También son beneficiosos alimentos ricos en vitaminas A y C, que refuerzan las encías.
Beber mucha agua después de las comidas ayuda a neutralizar los ácidos y lavar residuos. Otra opción es masticar chicle sin azúcar, lo que estimula la producción de saliva con efecto protector. Con una dieta equilibrada y prudente, podemos disfrutar de una buena salud dental.
Dejar los malos hábitos
Existen algunos hábitos comunes que resultan muy perjudiciales para la salud de nuestra boca. Uno de los principales es fumar o mascar tabaco, lo que provoca manchas en los dientes, mal aliento, pérdida del sentido del gusto y mayor riesgo de padecer enfermedades como la periodontitis o incluso cáncer oral.
Otros hábitos dañinos son morder objetos duros de forma repetida, ya que puede ocasionar fracturas en los dientes o desprendimientos; y también abrir envases o morder hilos con los dientes, lo que los somete a una gran presión innecesaria.
Asimismo, hay que evitar uñas, lápices u otros objetos en la boca que pueden facilitar infecciones bucales.
Productos de higiene dental adecuados
Para complementar una buena higiene bucal en casa, es importante utilizar los productos dentales más adecuados.
Lo fundamental es un buen cepillo dental manual o eléctrico que tenga cerdas suaves y redondeadas para no dañar el esmalte. Debe permitir llegar a todas las zonas de la boca.
El dentífrico ideal es aquel que contenga una cantidad moderada de flúor, entre 1000-1500 ppm, para proteger contra las caries. También se pueden usar enjuagues bucales antioxidantes que ayuden a controlar la placa bacteriana.
Utilizar hilo dental resulta imprescindible para limpiar eficazmente los espacios interdentales. Existen varios tipos como el hilo normal, el dental, el de cera o el de seda. Lo ideal es elegir uno que se deslice con facilidad para que su uso resulte cómodo.
Otros complementos interesantes son los irrigadores dentales, que limpian los dientes mediante un chorro de agua a presión; o los cepillos interproximales para acceder a zonas estrechas. Las pastas dentales blanqueadoras pueden ayudar a eliminar manchas superficiales de los dientes.
Con estos sencillos consejos y hábitos saludables, mantener una sonrisa sana y radiante está al alcance de todos. Cuidar nuestra salud bucodental previene enfermedades, dolores y gastos futuros. Solo se necesita un poco de constancia y dedicación diaria para gozar de dientes y encías sanas.
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